Isabel Camus; LinkedIn; Enero 6, 2025
En nuestra realidad actual, donde las mujeres asumimos múltiples roles —profesionales, madres, parejas y cuidadoras—, es fácil que nuestras propias necesidades queden relegadas. Pero más allá de la falta de tiempo o energía, existe un factor clave que muchas veces no reconocemos: el impacto de nuestras relaciones en nuestra capacidad para cuidarnos.
Y aquí está el punto esencial: nutrirnos o no de nuestras relaciones es nuestra responsabilidad. No se trata solo de elegir mejor a las personas con quienes nos relacionamos, sino de cómo nos relacionamos y las acciones que tomamos cuando los demás no responden a nuestras necesidades.
Más que expresar agotamiento: pedir lo que necesitas y actuar con protección
Muchas veces caemos en el hábito de expresar frustración o cansancio esperando que las personas a nuestro alrededor interpreten nuestras necesidades, pero esto rara vez da resultados.
Por ejemplo, imagina que estás organizando un evento familiar y te sientes abrumada con todas las tareas. Decir: "Estoy agotada de tener que hacerlo todo sola" no garantiza que alguien asuma parte del trabajo. En cambio, pedir de manera clara:
Y si, aún pidiendo de forma clara, las personas no están dispuestas a colaborar, es tu responsabilidad tomar una acción protectora. Por ejemplo:
Relaciones que nutren vs. relaciones que drenan
La clave no está únicamente en quiénes están en nuestra vida, sino en cómo nos relacionamos con ellos.
Las relaciones que nos nutren:
Las relaciones que nos drenan:
El impacto de nuestras relaciones en el auto-cuidado
La forma en que gestionamos nuestras relaciones establece el estándar para cómo los demás interactúan con nosotras. Esto no significa que debamos depender exclusivamente de los demás, sino que debemos responsabilizarnos de comunicarnos y actuar en nuestro propio beneficio.
Estudios destacan:
Cómo nutrirte desde tus relaciones
1. Pide lo que necesitas con claridad: En lugar de expresar cansancio o frustración, sé específica sobre lo que necesitas y cómo las personas a tu alrededor pueden ayudarte.
2. Acepta las emociones de los demás: Entiende que las personas tienen derecho a sentirse incómodas o no querer hacer algo, pero eso no invalida tu petición.
3. Toma acciones protectoras: Si las personas no están dispuestas a cuidarte como necesitas, toma medidas inmediatas para protegerte y evalúa si esa relación debe cambiar.
4. Comunica con firmeza y amor: No asumas intenciones negativas; simplemente establece límites que reflejen tu valor y necesidades.
El cambio comienza contigo
Construir relaciones que nos nutran requiere tiempo, esfuerzo y valentía. No podemos controlar cómo los demás reaccionan, pero sí podemos influir en cómo nos tratamos a nosotras mismas y en las acciones que tomamos para protegernos.
Reflexiona: ¿Qué necesitas pedir hoy para sentirte más cuidada? ¿Qué acción protectora estás dispuesta a tomar si no recibes lo que necesitas?
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Psicóloga y Coach, ayudo a mujeres corporativas, profesionales y empresarias a mejorar su rendimiento y confianza, transformar sus relaciones y mejorar su calidad de vida, utilizando coaching terapéutico potenciado con herramientas innovadoras y personalizadas.
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