La Evolución de los Roles

Isabel Camus; LinkedIn; Enero 13, 2025

La Evolución de los Roles: El Desafío de Ser Iguales en un Mundo de Diferencias

Durante milenios, hombres y mujeres desempeñaron roles complementarios en las comunidades humanas, moldeados por las demandas de supervivencia y nuestras propias diferencias biológicas. Hoy, en una sociedad que busca la igualdad, enfrentamos el desafío de integrar estas herencias evolutivas y aprender a aprovechar lo mejor de nuestras cualidades innatas: el flujo cíclico y adaptativo de las mujeres, y el enfoque estable y resolutivo de los hombres.

Los Roles Ancestrales: Una Colaboración por la Supervivencia

En las primeras sociedades humanas, las mujeres y los hombres respondían a necesidades específicas de su comunidad. Estas diferencias no eran jerárquicas, sino adaptativas, diseñadas para garantizar la supervivencia del grupo.


Las mujeres:

  • Eran las cuidadoras de la tribu, conectadas profundamente con los ciclos naturales.
  • Desarrollaban habilidades relacionadas con la recolección, la crianza y la interpretación emocional.
  • Según un estudio publicado en Nature Communications (2018), las tareas asociadas a las mujeres estaban alineadas con su ciclo hormonal y su capacidad de adaptarse a las fluctuaciones emocionales y físicas, permitiéndoles asumir múltiples roles según las necesidades de la comunidad.


Los hombres:

  • Eran responsables de la caza, tareas que requerían enfoque, constancia y estabilidad en sus recursos físicos y mentales.
  • La atención plena al entorno, a sus propias capacidades y a las demandas de la tarea era clave para su éxito.
  • Investigaciones en Proceedings of the Royal Society B (2016) señalan que los hombres desarrollaron patrones de comportamiento lineales y orientados a objetivos, ideales para tareas específicas y prolongadas.

Cíclicas vs. Constantes: Una Herencia Evolutiva

Estas diferencias no solo afectaron las tareas asignadas, sino también cómo experimentamos el mundo.

1. Las mujeres somos cíclicas:

2. Los hombres son constantes:


Ambos patrones tienen fortalezas y desafíos, y la clave para avanzar está en integrar lo mejor de ambos mundos.

¿Qué Nos Deja Esta Herencia Hoy?

El mundo moderno nos pide romper con roles rígidos y aprender habilidades que antes pertenecían al "otro género":

  • Las mujeres: Estamos aprendiendo a priorizarnos y a mantener un enfoque estable en nuestras metas, incluso mientras fluimos entre ciclos.
  • Los hombres: Están desarrollando mayor sensibilidad hacia sus propias emociones y aprendiendo a adaptarse a contextos cambiantes.


Este proceso de transición no es fácil. Los estudios de la American Psychological Association (2021) muestran que tanto hombres como mujeres enfrentan desafíos psicológicos al equilibrar las demandas de roles modernos con las expectativas tradicionales.

El Desafío de Ser Iguales en un Mundo de Diferencias

Hoy, la igualdad no significa que seamos idénticos, sino que aprendamos a colaborar desde nuestras fortalezas. ¿Cómo lograrlo?

1. Integrando lo cíclico y lo constante: Aprender cuándo necesitamos adaptabilidad y cuándo estructura.

2. Desarrollando cuidado y protección: Ambos géneros deben equilibrar la atención a sus necesidades propias y ajenas.

3. Rompiendo creencias limitantes: Dejar atrás la idea de que cuidar o liderar son tareas exclusivas de un género.

Una Reflexión para el Presente

El cambio empieza en cómo nos tratamos a nosotras mismas:

  • Las mujeres: No podemos cuidar de otros si no aprendemos a cuidarnos primero.
  • Los hombres: No pueden liderar relaciones saludables si no se conectan con sus emociones y con los ritmos de quienes les rodean.


Como lo explica Brené Brown en Dare to Lead: "La verdadera fortaleza no está en negar nuestras diferencias, sino en abrazarlas y usarlas para construir conexiones más auténticas."

Un Llamado a la Acción

Estamos en un momento de transición histórica, donde aprendemos a integrar nuestras diferencias en lugar de competir con ellas. Este proceso requiere:

  • Autocuidado: Liderar desde el ejemplo y priorizar nuestras necesidades.
  • Comunicación auténtica: Expresar lo que necesitamos y respetar las necesidades del otro.
  • Colaboración: Construir relaciones que aprovechen lo mejor de nuestras capacidades cíclicas y constantes.


La igualdad no es una meta, es un proceso de aprendizaje continuo. Y empieza por una pregunta: ¿Qué puedo hacer hoy para cuidar de mí y relacionarme desde mi mejor versión?

Psicóloga y Coach, ayudo a mujeres corporativas, profesionales y empresarias a mejorar su rendimiento y confianza, transformar sus relaciones y mejorar su calidad de vida, utilizando coaching terapéutico potenciado con herramientas innovadoras y personalizadas.


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